jueves, 29 de septiembre de 2011

La espiga doblada

Esta historia la compartió hace tiempo mi amiga Eva:
Enviado al campo para ver si estaba ya a punto para ser segado, el muchacho volvió a su padre y le dijo: - Me parece que la cosecha va a ser muy pobre este año, padre mío.
- ¿Por qué? - le preguntó su padre.
- Porque he notado que la mayor parte de las espigas están dobladas hacia abajo, como desmayadas, seguramente que no valen nada.
- ¡Ay mi hijo!- le dijo su padre. - Has de saber que las espigas que viste DOBLADAS, lo están por el PESO del grano, en tanto que las que están levantadas, RECTAS hacia el cielo, pueden hacerlo porque están medio VACÍAS.
Así es en la vida de los hombres. Cuando alguno levanta la frente lleno del mal orgullo, es porque en su interior tiene bien poco peso de juicio.
El hombre sabio, cuanto más sabe, más siente la humillación de lo que le falta saber. Y el hombre en verdad noble de corazón, no puede enorgullecerse de ello, porque conoce cuánto más noble debería ser.
Aprenda sabiduría el ignorante, humillándose (DYC 136:32)



No hay comentarios:

Publicar un comentario