lunes, 20 de febrero de 2012

Autodominio


Cada vez que una persona, en contra de lo que debe hacer, cede a las pretensiones de su pereza, de su estómago o de su mal carácter, debilita su voluntad, pierde autodominio y reduce su autoestima.  
Unas viñetas de Mafalda dibujan perfectamente esta situación. Felipe encuentra en su camino una lata vacía y siente el deseo de pegarle una patada. Pero piensa interiormente:
-"¡El grandullón pateando latitas!".
 Y pasa de largo, venciendo lo que él mismo juzga un impulso infantiloide. El problema es que, a los pocos metros, da la vuelta y suelta la tentadora patada. Ésta es su segunda reflexión:
- "¡Qué desastre! ¡Hasta mis debilidades son más fuertes que yo!".
(J.R. Ayllón, "Placeres y buena vida").

1 comentario:

  1. Me parece que no entendiste el chiste.
    Justamente apunta a la inevitabilidad de nuestras debilidades, que nos definen. Donde precisamente, asumirlas, nos hace sabios. Y gran parte de la sabiduría reside en aceptar que, a veces, no las podemos evadir.

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